Después de muchas semanas de debate en torno a los
presupuestos del Gobierno Vasco, el Consejo de Gobierno decidió ayer retirar el
proyecto presentado y prorrogar los presupuestos del año anterior con la esperanza
de que de cara a los del 2014 pueda cosechar más apoyos.
Tengo que empezar por decir que la rocambolesca excusa que se
ha buscado Urkullu para la retirada me ha parecido bastante pobre.
Hace dos semanas tuvimos la oportunidad de charlar en Onda
Vasca con el Consejero de Hacienda Ricardo Gatzagaetxeberria a quien le pregunté
sobre la negativa del Gobierno a revisar los ingresos. Me vino a decir que era
absolutamente imposible recalcular esos ingresos respetando la legalidad
vigente.
Pues bien, un viaje a Bruselas y 10 días después, donde dije
digo, digo Diego. Pero es que además, eso de decir que el relajamiento de los
plazos para cumplir con el déficit que le impone Europa a España le va a
suponer más dinero a Euskadi es, cuando menos, saltarse dos pasos.
Primero hay que esperar a que Europa, efectivamente, relaje
esos plazos y después, a que el gobierno
central traslade de manera simétrica el aumento del déficit a todas las CCAA
incluida Euskadi.
Vamos, que podía haber utilizado ese argumento o podía haber
dicho la verdad, que no quería escenificar una derrota en el Parlamento y las
reacciones hubieran sido las mismas.
Reacciones que transitan entre quienes solo buscan
escenificar el fracaso del PNV; el propio PNV que a duras penas asume ese
fracaso pero lo achaca a la maledicencia de la oposición, y quienes queriendo
quedar bien con todos, dicen que el fracaso es colectivo y la única perjudicada
es la sociedad vasca.
Desde mi punto de vista el fracaso político es del Gobierno (a
él le corresponde buscar los acuerdos para conformar mayorías) pero el
perjuicio a la sociedad vasca iba a existir con o sin presupuestos, ya que
tanto el proyecto de Urkullu como el que presentó y aprobó López el año pasado
y que va a tener dos años de vigencia eran igual de malos.
Este es uno de los efectos más perversos de esta crisis, que
a medida que se prolonga en el tiempo está convirtiendo en bueno o aceptable,
lo que nunca lo fue.
Los presupuestos hoy prorrogados y que fueron aprobados con
los votos del PSE, el PP y la abstención del PNV eran unos malos presupuestos.
Llenos de recortes; que cargaban el peso de la crisis en los más débiles y
además no contemplaban ninguna medida real de reactivación económica, y eso que
contaban con 1.200 millones de euros más que los de Urkullu.
Un Urkullu, que para sorpresa de muchos, al menos la mía, fue
incapaz de presentar unas cuentas que combinaran el mantenimiento de los
servicios sociales con alguna iniciativa que apoyara e impulsara la inversión y
el crecimiento en Euskadi. Básicamente se limitó a reducir el porcentaje correspondiente
del descenso recaudatorio a las cuentas anteriores.
O lo que es lo mismo, daba igual si el presupuesto se
prorrogaba o se aprobaba, ya que los gastos estarán condicionados por el
ingreso y la filosofía presupuestaria era la misma que las cuentas anteriores.
Es decir, que este año también lo podemos dar por perdido en lo que a impulso
de crecimiento por parte del Gobierno Vasco respecta.
Por lo tanto, y a modo de conclusión, podemos estar de
acuerdo con quienes dicen que la perjudicada es la sociedad vasca, aunque el
problema es que no tenía remedio, perjudicada con presupuestos, perjudicada con
la prórroga, perjudicada por la crisis.
Baina, azkenean, gertatu da gertatu behar dena: Presupuestoak aurrera joango dira PPren babesarekin. Hemen, Gasteizen, guztiz kontrakoa gertatu da. PPren presupuestoak PNVri esker atera dira. Eta, bestela, han dago PSE guztiekin paktatzeko prest.
ResponderEliminarHorrela da hemengo "dekokrazia". Guztiok esaten dute bestea etsaia dela, baina gero, mahaiaren azpian, guztiak dira lagunak.
Horretarako benetako alternatiba bat beharra daukagu. Gu al gara alternatiba hori? EAEan bai. Estatuko beste erkidego batzuetan, ez dakit...