Ayer se constituyó la ponencia de
Paz y Convivencia en el Parlamento Vasco.
Está visto que esta ponencia, al
menos en su creación, siempre arranca rodeada de polémica. La legislatura
pasada supuso la ruptura del grupo parlamentario de Aralar y en esta, se ha
visto envuelta en polémicas varias hasta el punto de tener que retrasar su
constitución más de un mes desde la fecha inicialmente prevista.
Como participante de la Ponencia
anterior, he de decir que he seguido el proceso de constitución de la ponencia
actual con cierta tristeza.
La ausencia del PP y las declaraciones
de EHBildu estableciendo como prioridad de su participación en la ponencia la
política penitenciaria, no parecen augurar grandes avances, al menos en el
corto plazo.
He de reconocer que la ausencia
del PP, no por previsible, me ha dejado de decepcionar. La pasada legislatura,
cuando arrancamos con los trabajos de la ponencia ya sabíamos que la izquierda
abertzale iba a estar presente en la legislatura actual y por lo tanto, con ese
horizonte arrancamos nuestros trabajos.
Es más, hubo debates que llegamos
a aparcar, precisamente, porque entendíamos que eran debates a abordar en un
futuro cuando estuviese representada también esa parte de la sociedad vasca en
el Parlamento.
El acuerdo que aprobaron PSE y
PNV en el Parlamento, ratificando el texto que compartimos el año pasado,
también el PP, debía de haber sido garantía suficiente para el Partido Popular
a la hora de participar en esa ponencia. ¿Qué ha cambiado en apenas un año a
ojos del PP? ¿Qué parte del acuerdo anterior no comparten ahora?
Comprendo las presiones que
puedan estar recibiendo de determinados sectores tanto de dentro como de fuera
del partido, pero, ¿qué diferencia existe entre debatir este tema en un pleno,
como ya ha ocurrido en dos ocasiones, o en una ponencia?
Sinceramente espero que el
Partido Popular vaya alterando su posición inicial y que se anime a participar
en esa ponencia aunque no sea más que
para defender su particular visión de lo
que entienden es la defensa de las víctimas del terrorismo. Visión a la que
EHBildu no se ha enfrentado nunca en un espacio como una ponencia cerrada y que
le vendría muy bien.
De la misma manera que al PP
tampoco le vendría mal enfrentarse a una visión muy particular de lo que ha
sido la violencia de ETA en este país durante más de 50 años y al sufrimiento padecido
también por parte de esta sociedad como consecuencia del puñetero “conflicto”.
En este sentido, he de añadir que
la actitud de EHBildu tampoco me ha parecido la más constructiva. Cada cual
viene de donde viene y tiene sus prioridades, sin duda, pero pretender
convertir la ponencia de Paz y Convivencia en un foro para hablar de política
penitencia, indica muy poco voluntad por parte de la coalición de afrontar el
verdadero objetivo de la ponencia, es decir, el de afrontar un futuro en
Euskadi con memoria, pero ojo, memoria no selectiva.
Hace un año, cuando constituimos
la ponencia, asumimos un compromiso que, como ciudadano, invitaría a los ahora
participantes de la ponencia a asumir:
Evitar las declaraciones públicas en torno a los debates de la ponencia.
Está demostrado que ello evita
muchos problemas, malentendidos y allana los caminos al acuerdo.
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