De entre todas las reacciones al
anuncio de Artur Mas sobre las preguntas del referéndum catalán, la que más me
interesaba, por ser la única imprevisible, era la de Izquierda Unida. No me
refiero a la de su dirección, esa ya la conocía antes de que se pronunciase,
sino la de su militancia.
A efectos de simplificación
dividiría la reacción en tres grandes grupos: las de quienes afirman que el
debate nacional no resuelve el social; la de quienes respetando e incluso
aplaudiendo el proceso catalán suspiran por un referéndum sobre la República
y un impulso al proceso constituyente y la de quienes mostraban su rechazo al
proceso catalán por entender que el modelo federal de IU, no estaba recogido en
la pregunta.
Respecto a los primeros, cien por
cien de acuerdo, el debate nacional no resuelve el debate social, se pueden
recortar derechos siendo un Estado Nación, siendo una Nación sin Estado, o
siendo una Comunidad Autónoma.
No obstante, el hecho de que
Cataluña siga formando parte de España tampoco le garantiza a su ciudadanía que
sus derechos sociales y económicos no vayan a ser recortados. Es más, la
Generalitat, lleva recortando derechos, años, y de momento, sigue siendo una
CCAA del estado español.
Así pues, desde el absoluto
respeto a su opinión, creo que el debate no es ese.
Quienes suspiran por un proceso
constituyente y un referéndum sobre el modelo en la jefatura del Estado, tienen
también mi adhesión. Creo firmemente que es imprescindible un nuevo proceso
constituyente en el Estado español que le de la vuelta al fracasado modelo
institucional creado en la Transición y que,
por mucho que se empeñen, está mucho más que obsoleto.
Sin embargo, al menos en el
modelo de República Federal que yo tengo en la cabeza, Cataluña tendría todo el
derecho del mundo a realizar su consulta, por lo que, aún con el proceso
constituyente en marcha estaríamos otra vez en el mismo punto.
Por último, comparto también la
opinión de quienes creen que el federalismo no está incluido en la pregunta,
pero a medias. Cierto es que no está incluido, pero en un hipotético resultado
Estado sí, independiente No, el federalismo sería uno de los modelos que mejor
pudiera ajustarse a ese resultado. Aunque también creo que hay que
garantizar que todo el cuerpo electoral forme parte de la decisión final, sumando los noes de la primera pregunta a los noes de la
segunda.
Así pues, compartiendo los tres
criterios, tal y como yo lo veo, todos hierran en el diagnóstico puesto que parten de una premisa que creo no es del todo
correcta, esto es, la de entender que si estuviéramos en una República Federal
con un nivel de bienestar social óptimo, a los catalanes y las catalanas se les
pasarían las ganas de decidir el modelo de relación que querrían tener con el
estado español, caso de querer tener alguno.
No conozco Cataluña como para
poder hacer una radiografía de su sociedad, pero Euskadi sí, y por analogía,
conviene recordar que cuando la mayoría absoluta del Parlamento Vasco aprobó el
proyecto de modificación del Estatuto (el “plan Ibarretxe” para entendernos),
ni había crisis institucional, ni social, y si se me apura mucho ni monárquica.
Creo que la mejor manera de
construir un modelo de convivencia estable y confortable para todos dentro del
estado español, es el de permitir a los convivientes que lo sean por voluntad
propia y no por imposición.
Luego ya cada cuál decidirá si
quiere formar parte del estado español por motivos culturales, económicos o de
clase, si prefiere convertirse en un micro estado nación o apuesta por un
modelo distinto de relaciones fruto del diálogo entre CCAA y gobierno central.
Si quienes dicen defender España,
aunque sea en contra de la voluntad de los españoles, entendieran eso, y me
estoy refiriendo al PP, PSOE y UPyD, tendríamos mucho ganado.